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El mango está considerado una de las mejores frutas tropicales. Es originario de India y se cultiva desde hace miles de años. Actualmente se produce en regiones de clima tropical y subtropical, y en España, con gran éxito, en Andalucía, en la costa de Málaga y Granada, de hecho, esta es el área de mayor producción de Europa.
En los mercados municipales encontramos mangos nacionales –en temporada– y de importación –todo el año– (Perú, Brasil, Costa Rica, Israel o Kenia). Los nacionales son más dulces y sabrosos, ya que pasan más tiempo en el árbol, madurando de forma natural.
El mango es una fruta dulce, de acidez moderada y de sabor y textura que pueden variar sustancialmente dependiendo de la variedad. Existen más de 400 tipos. Hay variedades de textura blanda y suave, como la de la ciruela; otros con la pulpa más dura, parecida al melón; y otras de textura fibrosa. Su coloración va desde el rojo y anaranjado, al violáceo, morado, amarillento y verde, en función de la variedad.
Esta fruta es difícil de transportar, ya que es muy sensible a los golpes y las bajas temperaturas de los frigoríficos. Por ello, no debe conservarse en nevera, a no ser justo antes de ser consumida.
La mejor forma de consumir el mango es al natural, poco frío, para percibir todos los matices de su excelente aroma y sabor.
Se emplea mucho en preparaciones tanto dulces como saladas, mermeladas, jaleas, confituras, sorbetes y zumos, o como guarnición de pescados, aves, jamón o foiè y verduras. El mango verde se consume en la cocina oriental acompañado de sal, chile o salsa de soja, y el puré combina muy bien con el queso fresco que se elabora en nuestra provincia.
El mango es rico en antioxidantes fenólicos que previenen el cáncer. Contiene una enzima calmante para la acidez de estómago y ayuda a la digestión. Su fibra contribuye al tránsito intestinal y mejora la presión arterial. H